Nacional Monte Piedad y Fundación Tarahumara

Palabras clave: intervención como punto de partida | perspectiva de Gestión para Resultados de Desarrollo | Enfoque Basado en Derechos Humanos | modelos y programas de intervención | ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11) | acompañamiento

En 2014 Nacional Monte de Piedad comenzó un proceso de fortalecimiento para ayudar a la Fundación Tarahumara José A. Llaguno en la transformación de su modelo asistencial.

Hasta entonces, el modelo de la Fundación se basaba en la entrega de recursos a terceros, como leche en polvo a las comunidades rarámuri de la sierra Tarahumara. 

Con el acompañamiento de NMP, el enfoque asistencial de la Fundación se ha ido transformando en un modelo que involucra a la población en procesos de desarrollo y se promueve su participación para la solución de los problemas de la región. 

El proceso ha llevado a cabo varias etapas:

1. Selección de la Fundación Tarahumara para un replanteamiento del modelo de inversión social.
2. Valoración, por parte de un consultor externo, de las intervenciones de Tarahumara. La conclusión de dicha valoración fue la de elegir entre dos enfoques: tener una gran cobertura para atender a muchas personas o generar procesos de transformación, optando por el segundo enfoque, para lo que sería necesario fortalecer las capacidades de planificación de la fundación y establecer acciones viables.
3. NMP entregó financiamiento a la Fundación Tarahumara para que esta contratara al consultor más adecuado para la implementación del plan de trabajo.
   El rol del consultor fue acompañar a la Fundación para procurar que no se desviara del propósito original; facilitar que el plan se orientara por medio de un Enfoque de Gestión para Resultados de Desarrollo; asegurar que la participación del personal fuera participativa a partir de un comité, y facilitar un proceso reflexivo para la apropiación real por parte de la institución.
   El plan se tradujo en el desarrollo de 4 programas relacionados con acceso a agua segura, seguridad alimentaria, educación y economía social, incluyendo la participación de la comunidad para tener en cuenta sus intereses. 
4. El NMP realizó un acompañamiento para apoyar la implementación, lo que favoreció la experiencia directa del NMP como impulsor de fortalecimiento con su propio equipo; además de haber detectado la necesidad de contar con un asesor con experiencia en comunidades rurales indígenas.
5. Tras el análisis del asesor, se concluyó que el programa de economía social aún no contaba con bases suficientes para ser implementado, quedando sujeto a otros análisis más profundos antes de iniciar un proyecto piloto. 
6. A lo anterior se sumó la inversión de recursos humanos y financieros para la creación de un sistema de monitoreo y evaluación de cambios de fondo que se dan en las personas y su permanencia en el tiempo, así como en la forma en la que dichos cambios afectan en el largo plazo las condiciones de vida en las comunidades. 

Como resultado, la fundación incrementó los recursos que orientaba a programas relacionados con la producción de alimentos y el acopio de agua, el manejo de parcelas y la construcción de obras para captación de agua pluvial. 

Lecciones aprendidas 

Lo aprendido de este proceso de fortalecimiento está relacionado con 3 aspectos: 

• Se aprendieron lecciones en cuanto al propio modelo de intervención, la evaluación del modelo de gestión de resultados y un enfoque basado en los derechos humanos. 
• Hubo aprendizajes en cuanto a las características de la relación entre el agente fortalecedor, 2 consultores externos y la organización. 
• El diálogo entre el agente fortalecedor y la organización es fundamental para el entendimiento mutuo sobre el proceso de fortalecimiento. La importancia de este diálogo permanente tiene que ver con los objetivos del fortalecimiento. Algunas sesiones de trabajo se realizaron con el acompañamiento de la organización y el consultor y se hizo seguimiento a partir de algunos entregables del plan de trabajo acorde con los objetivos.