La Fundación JUCONI México, A.C. acompañamos a familias en situaciones vulnerables para generar un cambio hacia la paz, la dignidad y la formación de un hogar. Con 31 años de experiencia, nos focalizamos en desarrollar, aplicar y compartir soluciones para niñas, niños, adolescentes (NNA) y familias marginadas afectadas por la violencia. 

Buscamos lograr nuestra misión acompañando a NNA y sus familias a romper los ciclos intergeneracionales de violencia, exclusión y pobreza que los atrapan, y a reintegrarse a sus hogares y comunidades. Hemos desarrollado, continuamente mejorado y aplicado un método que es mejor práctica internacional, para lograr este objetivo. El enfoque se basa en el apoyo social y terapéutico intensivo a las NNA y sus familias para crear un espacio de relaciones seguras que les permite empezar a reconocer y procesar experiencias dolorosas. A través de este proceso, las familias unidas llegan a poder vivir y colaborar juntas, a aprender y planear su futuro. 

Los NNAs excluidos y vulnerables llegan a separarse de sus familias por la violencia que han sufrido allí. Esta violencia genera comportamientos que pueden ser agresivos, disfuncionales y anti-sociales que tienden a llevar a la exclusión, la pobreza y resultados negativos en la vida. 

Trabajamos junto con estos NNAs, respondiendo a sus necesidades básicas como alimentación, albergue, etc., pero en forma esencial, atendiendo la parte “interna o emocional”, logrando así  un cambio de comportamiento que permitirá que ellos avancen con sus vidas. Pero eso no basta. Para nosotros es crucial trabajar con las familias de estos niños. Nuestro instinto pudiera ser culpar a los padres por haber creado o tolerado ambientes violentos. Pero, los adultos están repitiendo ciclos de violencia de su propio pasado. En estas familias también encontramos a hermanitos y hermanitas menores que están viviendo la violencia que dejó dañados a sus hermanos.  Intervenir a tiempo en estos casos previene violencia futura. 

Creamos una relación con cada individuo en estas familias en la que, para muchos por primera vez, se sienten cuidados, valorados y escuchados. Una relación de esta naturaleza crea el ejemplo para poder repetir estos comportamientos con otros y la seguridad para poder empezar a digerir las experiencias traumáticas. En paralelo trabajamos a nivel familiar, creando memorias positivas para tener un contrapeso a la experiencia traumática que han vivido juntos. La experiencia de ser cuidados y protegidos y tener bases para poder relacionarse, lleva a que puedan empezar a compartir, entender y digerir las experiencias traumáticas sufridas. Todo esto permite adoptar distintos papeles en sus familias, y empezar a planear el futuro, formando parte de sus comunidades (incluyendo escuelas, trabajo, servicios médicos).